Olvidare seguramente aspectos por el tiempo transcurrido, pero estábamos ahí en rockotitlan, larga fila por su rampa que parecía no querer llegar al local en cuestión, el grupo la maldita vecindad y los hijos del quinto patio, aunque a decir verdad todas las vecindades que llegue a conocer solo tenían uno el acceso.
El encanto de los conciertos en lugares chicos es muy especial, sonido, vista, olores y arrejuntes todo en un mismo universo, el cual no depende del costo del boleto, todos pegados, ansiosos, expectantes e iguales, donde llegar a la cerveza es en si un premio, un placer, La Maldita sonaba fresca, maciza y cadenciosa sin la experiencia de los grandes tours, sin la visión del que recorre mundos, pero si de quien nos muestra uno, el que se vive, el que se conoce y en el que se sobrevive, el de la morena de las grandes tetas, el del apañado, el del charlatan de la calle y los amigos, el que sufre, el mojado.
Recién salido el Tiki, ya con el Pato en la guitarra y las nuevas (ahora viejas) canciones de su segundo EP, es sorprendente la fuerza y frescura, el ver a una banda estar gozando el escenario, uno muy pequeño por cierto para una banda de seis, que como perro amarrado seguía en su lugar y estaba a punto de romper su cadena, canción a canción el salto era inminente y sucedió, morenaza el detonante la gente como mar cambiaba de lugar, el bajo preciso del Aldo marcaba la marea, el sax los vientos que arremetian junto con la giuitarra del pato en los truenos de la tormenta, con la bateria y percusiones se levantaban las olas y ahí saltando en lo mas alto el Roco que como naufrago le cantaba al temporal , que era un mojado, un mago en truco de escapismo, para así llegar a la playa Kumbala y gozar el saberse sobreviviente un día mas.
Juan Carlos Villavicencio.
Juan Carlos es otro colaborador de este su blog. El es fotógrafo y pertenece a un grupo llamado Fotonautica. Entre sus credenciales figuran colaboraciones para un par de libros patrocinados por la ONU para el IFE y la publicacion de varias de sus fotos en revistas de la UNAM
El encanto de los conciertos en lugares chicos es muy especial, sonido, vista, olores y arrejuntes todo en un mismo universo, el cual no depende del costo del boleto, todos pegados, ansiosos, expectantes e iguales, donde llegar a la cerveza es en si un premio, un placer, La Maldita sonaba fresca, maciza y cadenciosa sin la experiencia de los grandes tours, sin la visión del que recorre mundos, pero si de quien nos muestra uno, el que se vive, el que se conoce y en el que se sobrevive, el de la morena de las grandes tetas, el del apañado, el del charlatan de la calle y los amigos, el que sufre, el mojado.
Recién salido el Tiki, ya con el Pato en la guitarra y las nuevas (ahora viejas) canciones de su segundo EP, es sorprendente la fuerza y frescura, el ver a una banda estar gozando el escenario, uno muy pequeño por cierto para una banda de seis, que como perro amarrado seguía en su lugar y estaba a punto de romper su cadena, canción a canción el salto era inminente y sucedió, morenaza el detonante la gente como mar cambiaba de lugar, el bajo preciso del Aldo marcaba la marea, el sax los vientos que arremetian junto con la giuitarra del pato en los truenos de la tormenta, con la bateria y percusiones se levantaban las olas y ahí saltando en lo mas alto el Roco que como naufrago le cantaba al temporal , que era un mojado, un mago en truco de escapismo, para así llegar a la playa Kumbala y gozar el saberse sobreviviente un día mas.
Juan Carlos Villavicencio.
Juan Carlos es otro colaborador de este su blog. El es fotógrafo y pertenece a un grupo llamado Fotonautica. Entre sus credenciales figuran colaboraciones para un par de libros patrocinados por la ONU para el IFE y la publicacion de varias de sus fotos en revistas de la UNAM
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